miércoles, 30 de julio de 2014

El autobús.

Día 57. Miércoles 30/07/14. Masa - Valpromaro. 31km.

Esta mañana estuve a punto de ceder ante la mayor tentación de un peregrino, el autobús. Llovía lo suficiente como para que la carretera por la que transitaba yo y cientos de coches, estuviera bien mojada y repleta de charcos. Temía que pasara un camión y me salpicara, pero no fue un camión el que lo hizo sino el coche de moda en Italia, un Fiat 500, del mismo color y todo que el de mi cuñada Haridian. Me enchumbó hasta las orejas, y en ese momento dije: "basta, hasta aquí puedo leer" y busqué una parada de bus. Pero la providencia quiso que faltaran dos horas para que pasara el siguiente y como la espera y yo no somos buenos amigos, decidí seguir a la búsqueda de nuevas sensaciones en forma de spa al aire libre y gratuito. Pero ese nuevo momentazo nunca llegó porque poco después dejó de llover y el camino se desvió amablemente de la carretera para introducirse en la montaña.
Y de esta manera pongo pies tierra adentro y me alejo del mediterráneo, por lo que tendré que volver a Italia si quiero darme un baño en sus costas porque esta vez las inclemencias del tiempo, tanto el cronológico como el meteorológico, me lo han  impedido.

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