Día 47. Domingo 20/07/14 Santa Cristina - Calendasco 22km.
Anoche me invitaron a cenar. Me hospedé en una parroquia y tuve la suerte de que un grupo de adolescentes de catorce o quince años, celebraran el fin de dos semanas de convivencias que había organizado el cura, que esta vez sí estaba presente y además era muy simpático y extrovertido, rasgos éstos poco habituales y muy de agradecer en un sacerdote. Montaron un asadero por todo lo alto y para mí, tuvieron la delicadeza de prepararme una ensalada y unas verduras a la parrilla. Luego, me puse tibio a tiramisú y a bizcocho de nutella. Fue curioso observar como, mientras los chicos jugaban a la play station y asaban la carne, las chicas, que estaban aprendiendo español, se sentaron junto a mí y empezaron a bombardearme con preguntas y más preguntas sobre el idioma y las diferentes expresiones que se usan en determinados contextos. Los chicos fanfarroneaban, hablaban entre ellos de fútbol y no se les veía nada interesados en conocer palabras de otro idioma. Se ve que en Italia, las chicas también tienen "inquietudes" diferentes, por no hablar de aptitudes y capacidades...
Hoy he navegado por el río Po a lo largo de dos o tres km, en una pequeña embarcación que hace de taxi a los peregrinos que, a falta de puente, tienen que usar este medio si quieren ahorrarse unos 20km. Además, está documentado que el arzobispo Sigérico, el primero en hacer esta ruta, cruzó el río en barco por esta misma zona, por lo que han sido unos bellos minutos cargados de historia y simbolismo.
martes, 22 de julio de 2014
Cruzando el Po.
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En lugares así vale la pena retirarse un tiempo
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