domingo, 27 de julio de 2014

Monasterio Zen

Día 50. Miércoles 23/07/14. Fidenza - Fornovo 30km
Iluso de mí, que pensé que una vez en Italia, me encontraría con más peregrinos en el camino o al menos en los albergues. Para mí no supone ningún trauma puesto que, aunque tenemos nuestras diferencias, por ahora me sigo llevando bien conmigo mismo y la sociabilidad continúa sin ser uno de mis fuertes. Hoy me encuentro flojo...

Día 51 Jueves 24/07/14 Fornovo- Bercetto 31km
Me faltaban pocos km para llegar a Bercetto e iba pensando en lo cansado que me había encontrado los últimos dos días cuando vi un cartel que indicaba "Monasterio Zen Sanbo ji" en dirección a un camino que se desviaba de la vía Francigena. Aún así decidí recorrer los seis kilómetros que lo separaban de mi camino para preguntar si me dejaban descansar un par de días y, de paso, conocer cómo es la vida de un monje Zen. El monasterio se halla en mitad de la naturaleza, en unos montes llamados Apeninos, bastante retirado de cualquier núcleo urbano. Nada más llegar me encontré con una grata sorpresa llamada Fernando, un granadino del barrio del Zaidín, de habla pausada y buen trato, que desde hace unos cuantos años decidió retirarse a este lugar recóndito en busca de paz. Me dijo que me podía quedar sólo un día porque tienen un curso este fin de semana y vendrá mucha gente. Si tuviera que describir con unas pocas palabras la forma de vida aquí, éstas podrían ser: espiritualidad, silencio, orden, sencillez, armonía y limpieza. El lugar, que además transmite calma y serenidad por los cuatro costados, es idóneo para hacer un descanso, meditar y reponer energía para continuar con este duro camino que en los últimos dos días se me ha hecho un poco cuesta arriba física y psicológicamente. El cansancio comienza a hacer mella y a nivel mental surgen dudas y preguntas sobre el sentido de esta aventura que no tienen una contestación clara. He podido percibir de una forma nítida la relación mente-cuerpo puesto que ha sido fallarme el físico un par de días y mi mente se ha aturdido, ha perdido claridad y mis pensamientos se han vuelto más negativos y disconformes con la realidad. O quizá haya sido al revés o una interacción de ambas, el caso es que el monasterio me vino que ni pintado. Buen trato, buena comida, buen descanso y buena meditación han sido suficientes para el reequilibrio, sin olvidarme de la belleza exuberante de los montes apeninos que me han devuelto parte de la ilusión robada por el asfalto.
Gracias Fernando por tu hospitalidad, te añado a mi lista...

Día 52. Viernes 25/07/14  Descanso en Sanbo ji.

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