Día 31. Viernes 04/07/14. Saint Maurice - Ossières. 34km.
Esta mañana perdí mis gafas de sol, y lo que me produce mas pena de esta circunstancia es que, de haberlas encontrado alguien como yo, es muy probable que no las hubiera recuperado. Pero, por suerte no todo el mundo es así y al deshacer mis pasos en busca de un milagro, iba mirando para el suelo cuando ya casi sin esperanzas alcé la vista y las encontré encima de un pequeño muro, donde alguna persona sin duda más honesta que yo, las había dejado. Sentí alivio y alegría, seguido de una conmovedora tristeza por mí mismo. Y lo peor de todo es que mi mente habría encontrado la excusa perfecta y a la vez patética para no sentirme culpable, aquello de: "total, si no las cojo yo, las va a coger otro". Le estoy muy agradecido a quien quiera que fuese, no ya por las gafas sino por su ejemplo. Me queda tanto que aprender y que cambiar...
No sé si les pasa a ustedes también, pero cuando estoy cansado o me siento aturdido y decido parar unos minutos para reposar, cierro los ojos y en cuestión de segundos, sin llegar a quedarme dormido, mi mente es como si comenzase un reseteo en el que puedo llegar a tener varios microsueños totalmente inconexos, carentes de sentido y que apenas puedo recordar. A veces van acompañados de pequeños espasmos musculares que cumplen la función de despertador, y cuando me reincorporo es como si hubiera descansado varias horas, vuelvo a estar mental y físicamente ágil. Pues es lo que me ha pasado hoy apenas una hora antes de llegar a mi destino, Ossières.
No hay comentarios:
Publicar un comentario