viernes, 27 de junio de 2014

Carta a mi abuela.

Día 23. Jueves 26/06/14.  Dampierre sur Salón - Gy.  32km.

No recuerdo la última vez que lloré tanto. No sé por qué extraña razón esta mañana me acordé de mi infancia y mi mente se trasladó directamente a mi querida y entrañable abuela Adela, que hasta el nombre lo tiene bonito. Entonces me asaltaron los recuerdos, algunos ya casi olvidados, de la relación tan estrecha que tuvimos durante mi niñez y que se prolonga hasta hoy día. Así que decidí escribirle una carta y mis lágrimas no cesaron hasta que puse la última letra. Ha sido una vivencia muy intensa, que seguro forma parte de este proceso del que ustedes están siendo testigos y quiero que sigan siendo porque mediante la escritura surgen en mí fuertes emociones desconocidas hasta ahora.

Carta a mi abuela.
Abuela, tu me recuerdas aún, ¿verdad? Soy ese niño que con apenas un año quiso subirse a la cama del abuelo moribundo para jugar con él. Soy ese niño que te cantaba una y mil veces la canción del elefante, mientras tu me hacías sentir una y mil veces que lo hacía como nadie. Soy ese niño con el que jugabas a "pito, pito, gorgorito", con el que rezabas por las noches al niño Jesús antes de dormir: "Jesusito de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón". Soy ese niño que dormía seguro a tu lado, al que protegiste y amaste, pues junto a tí yo me sentía seguro, valorado, aceptado y querido. Y soy ese adulto que se da cuenta de lo importante que fue tu presencia y tu amor para mí. Y ahora se me desgarra el alma al ver como el alzheimer se lleva poco a poco tus recuerdos y con ellos me iré yo. Pero tu no te irás de mí, permanecerás mientras yo viva o tenga memoria para recordar entre otras cosas, tu cara de inmensa alegría al verme entrar por la puerta y tus cuatro o cinco besos seguidos en cada mejilla, tus inmejorable arroz caldoso y tu fuerza y brío para decir las cosas. Y estoy seguro de que, al igual que tu haces ahora conmigo, tu serás de las últimas personas a las que yo olvide y de las primeras que buscaré si hay vida más allá de esta. Te adoro abuela.
Eternamente agradecido, tu nieto Sergio.

P.D. Y apenas llegue a Granada iré a leerte esta carta en persona, sabiendo que, aunque tu memoria quizá ya no me reconozca, tu corazón si lo hará.

1 comentario:

  1. Si te reconocerá,eres "su Sergio",y aunque sea por un instante ella recordará todos esos momentos...y se reirá y te dirá...¿cuando vas a venir a comer?siempre ofreciendo todo lo que tiene...aunque ya no lo tenga...hartíca de llorar me tienes hermano!

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