Día 66. Viernes 08/08/14 San Quirico - Radicofani. 28 km
¿Por qué aquí las comidas son tan placenteras? ¿Por qué duermo a pierna suelta? ¿Por qué un abrazo me emociona tanto? ¿Por qué no me canso de caminar, de ver paisajes nuevos?
He descubierto que, detrás de la satisfacción de mis necesidades primarias encuentro los mayores placeres, esos que me vienen dados por el instinto más que por la razón. Así, una comida, por pobre que sea, me es tremendamente placentera si me la como con hambre. Un descanso, por penco que sea el colchón, me sabe a gloria si mi cuerpo está cansado. Un abrazo o una caricia, por breves que sean, colman mi corazón cada vez más necesitado de amor, y nuevos y distantes caminos satisfacen mi necesidad de búsqueda, de crecimiento, si mi sed es reconocida. Y lo bueno es que, por medio de la razón, puedo aumentar la sensación de placer si la comida es exquisita y además compartida con mis seres queridos, si el colchón es cómodo y además compartido con Desi, si el abrazo te lo dan las personas que quieres y si en mi búsqueda encuentro algunas respuestas.
Así que, de aquí en adelante intentaré comer sólo si tengo hambre y beber sólo si tengo sed, descansar únicamente si estoy cansado, amar y dar amor sólo si es sentido y buscar, siempre buscar.
domingo, 10 de agosto de 2014
¿Por qué?
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