Día 74. Sábado 16/08/14. La Storta - Roma. 15km.
Volvía a comenzar temprano el día para mí. Por supuesto, la noche no fue buena en lo que respecta al sueño puesto que, inquieto y nervioso me despertaba cada dos por tres esperando que fuera la hora de empezar a caminar junto con Stefano, Luciano y Paola. A las 06.00h tenía ya la mochila a la espalda y ese inquietante cosquilleo en el estómago que se siente como presagio de los momentos importantes. El trayecto no era bonito pero eso no importaba hoy, Roma se podía oler a pocos kilómetros y mis piernas no descansaron hasta llegar al monte Mario, desde donde se puede divisar toda la ciudad, y en especial la cúpula de la Basílica de San Pedro. Ante la visión panorámica de esta ciudad eterna, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mi destino se situaba a unos pocos metros, mi sueño estaba a punto de realizarse. A mi mente llegaban incesantemente imágenes del viaje, iban y venían a su antojo tanto paisajes como personas, situaciones y momentos específicos que sorprendentemente mi memoria había guardado de una forma extremadamente nítida.
Pero cuando entré por la majestuosa Plaza de San Pedro, se hizo el silencio. Aunque estaba rodeado por cientos de personas, caminaba hacia la Basílica como en una especie de burbuja, hasta que me detuve a escasos metros de la entrada y entonces acudieron a mi mente todos mis seres queridos; no paraba de darle las gracias a Desi, a mi abuela, a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos y hasta a mí mismo. Mi corazón no resistió más y se vino abajo, de rodillas y aún con la mochila puesta, mis lágrimas comenzaron a surgir lentamente, y poco después un llanto incontrolable se apoderó de mí. Cuanto más lloraba más presentes se me hacían todos ellos y cuanto más presentes, con más ímpetu lloraba, creando un circulo vicioso que no se detuvo hasta pasados varios minutos. Una vez que el llanto cesó, me inundó una sensación de paz indescriptible y al levantarme sentí que una parte de mí se quedaba allí, en aquellas piedras, en aquella plaza.
Ya calmado entré en la impresionante Basílica de San Pedro y, tal y como me pidieron y yo les prometí, me acordé y recé una oración (a mi manera) por todas las buenas personas que me ayudaron durante mi largo recorrido.
Y esto supone el final de mi camino, aquí acaba esta aventura y aquí acaba este blog. Mil gracias por seguirme, por leerme, por llevarme en vuestros pensamientos y en vuestros corazones. Ahora más que nunca me encuentro en condiciones de afirmar, sin ningún tipo de duda, que este viaje no habría sido tan enriquecedor sin ustedes. Nos iremos viendo poco a poco...
Un abrazo de todo corazón.
Sergio.
De paso por mi vida.
domingo, 17 de agosto de 2014
Roma
viernes, 15 de agosto de 2014
Mis emociones se contradicen.
Día 73. Viernes 15/08/14 Campagnano dí Roma - La Storta 21km.
A unos pocos pasos de la soñada ciudad de Roma, mis sentimientos se agolpan y se contradicen. Me siento grande y a la vez pequeño, me siento viejo y al mismo tiempo nuevo. La ansiedad del final se enreda con la ilusión de un deseado regreso, la tristeza se mezcla con la alegría y los momentos de fatiga y cansancio acompañan a los de vigor y entusiasmo. Me siento acabado pero con esperanza, quiero viajar sólo pero me encuentro bien en compañía, quiero llegar pero también permanecer, quiero morir para volver a nacer.
El viaje del héroe.
Día 72. Jueves 14/08/14. Sutri - Campagnano dí Roma. 23km
Saciado en parte mi anhelo de búsqueda, este "viaje del héroe" particular llega a su fin. Durante este tiempo se han dado las condiciones oportunas que han posibilitado el establecimiento de un contacto íntimo con mi yo más profundo, teniendo que enfrentarme a algunos dragones internos y descubriendo así mismo algún que otro tesoro oculto. Cuando escribía las primeras lineas de este blog, comentaba que no era un viaje de huida ni de sometimiento, y ahora me reafirmo en aquellas palabras añadiendo que ha sido un viaje de evolución y crecimiento, a veces bajando al infierno, a veces tocando el cielo.
¿Y ahora qué? Ahora me apetece volver a casa.
El campanario.
Día 71. Miércoles 13/08/14 Viterbo - Sutri. 30km
Última etapa larga de este camino, y de nuevo con madrugón incluido para evitar el temido sol de las horas centrales del día. A las 05.00h y con el energético desayuno de un trozo de sandía nos dispusimos a afrontar el trayecto de hoy que, por cierto, tuvo unos kilómetros mágicos a través de un precioso bosque de hayas centenarias, donde nos sorprendieron los primeros rayos de sol. Después, a través de un rodeo a lo largo al Lago di Vico llegamos a Ronciglione y de ahí, por carretera hasta el pequeño y antiguo pueblo de Sutri, donde se encuentra muy bien conservado, uno de los tres únicos anfiteatros del mundo excavado íntegramente en piedra.
Y a falta de albergue con camas disponibles, nos hemos alquilado entre cuatro un apartamento en la misma plaza del pueblo, que tiene la ventaja de tener una situación privilegiada y la desventaja de tener como indeseable vecino al campanario del ayuntamiento, que cada quince minutos me recuerda su continua presencia, haciéndome pegar un repullo con el estridente sonido de sus campanas. También nos ha permitido disfrutar de una cena casera a base de pasta, en la que hablamos de nuestras experiencias y agradecimos al camino el hecho de reunirnos alrededor de una misma mesa.
Últimos días
Día 70. Martes 12/08/14 Montefiascone - Viterbo. 18 km
Ayer conocí a dos nuevos peregrinos, se trata de Stefano y Luciano, dos amigos que han decidido hacer los últimos 150km de la vía Francigena hasta Roma, donde tenemos previsto llegar juntos para el sábado y hacer una doble celebración, la del adiós a un enriquecedor viaje y la del 50 cumpleaños de Luciano.
Cuando una experiencia tiene un final tan bien definido como ésta, según mi sentir, deviene más intensa y consciente sobre todo los últimos días, en los que la cercanía de la meta me hace pensar constantemente que este tiempo se acaba. Y así, se convertirá en otra experiencia vital más, que me recuerda que todo pasa, que todo fluye, que todo está sometido a la ley de la transitoriedad. Y esa toma de conciencia espero que me ayude a no quedarme atrapado en el camino, a saber volver a mi vida integrando el aprendizaje que me ha supuesto esta vivencia de una forma pausada y sin sobresaltos.
Un paseo por las nubes.
Día 69. Lunes 11/08/14 Bolsena - Montefiascone. 18km
Un bellisimo recorrido me ha llevado hoy, como si viajara en una nube, de Bolsena a Montefiascone. Ha sido un día corto y plácido, caminando a lo largo de una ladera con vistas al lago. En este sendero, de suaves ascensos y frondosa naturaleza, he tenido una extraña sensación ligereza al caminar, pareciera como si mis piernas flotaran en el aire y la mochila fuera una parte más de mi cuerpo. Quizá fuese el tenue y agradable sonido del agua de un riachuelo, quizá el paso lento y pausado de mis pies, quizá mi respiración consciente y profunda lo que me conectó a esa preciosa sensación de fluir, a ese pensar que todo está en su lugar, a ese convencimiento de que la vida puede ser bella.
lunes, 11 de agosto de 2014
Bolsena
Día 68. Domingo 10/08/14 Acquapendente - Bolsena. 23km.
Hoy decidí empezar mi jornada a las 04.30h, en parte porque había una hermosa luna llena y caminar bajo su mágica luz tiene siempre algo de embriagador y en parte porque quería llegar pronto a Bolsena para disfrutar de su magnifico lago y sus lindas calles.
Serian las 11.00h cuando Paola y yo entrabamos a Bolsena por un camino equivocado y le preguntamos a un hombre por la ubicación del hostal. Enseguida se ofreció a llevarnos en su furgoneta y dada nuestra total desorientación, aceptamos. Me entusiasma conocer personas tan gentiles y simpáticas como Stefano, que no contento con acercarnos a nuestro lugar de pernocta, nos enseñó el pueblo a bordo de su furgoneta, siempre con una contagiosa sonrisa en la cara.
Y hoy se despide del camino la persona que me sacó de mi ensimismamiento y me conectó de nuevo a la sociedad. Después de nueve días compartiendo madrugones, albergues, comidas, charlas y parte del trayecto, Alessandro se vuelve a su Génova natal. Gracias compañero, me he sentido muy cómodo a tu lado y espero que la vida nos vuelva a encontrar, quizá en Gran Canaria, quizá en Génova o quién sabe si en otro camino...